Cómo sería el mundo sin la
mujer? La humanidad no hubiera vivido, el amor no tendría razón de ser, sin
ella la vida no tendría sentido. ¿Para qué montañas, mar y lagunas? De nada
serviría el cielo y las estrellas, tampoco podría regalar la luna. ¡Dios mío
qué haría si no estuviera ella! Mis días y mis noches no tendrían color ¿Junto
a quien vería la puesta del sol? ¿De dónde obtendría mi abrigo y calor? Sería triste
mi vida y mi corazón. ¿Qué haría el mundo sin su presencia? Todo estaría
muerto, seria silencio, la casa, el jardín notarían su ausencia ya no habría
vida, sería un desierto. ¡Por ti mujer se mueve mi universo! Sos lo más
perfecto de la creación por eso escribo poemas y versos, fuente inagotable de
mi admiración. Si no contara yo con tu presencia, no tendría sentido la palabra
amor. Agradezco a Dios por tu existencia, es por ti que late hoy mi corazón.
Musa inspiradora de todos mis versos, bendita esta joya, creación de Dios. Si
no existieras en el universo, solo habría tristeza y desolación. Arjona
Delia
martes, 26 de enero de 2010
sábado, 23 de enero de 2010
Papai esquece...
Esta nota foi postada em centenas de revistas e jornais também
foi traduzido em várias línguas, o autor W. Livingston Larned, agora vamos lá..
Papai esquece Escuta, filho: eu vou
dizer isso enquanto você dorme uma mãozinha debaixo do rosto e cachos loiros
colados ao seu rosto úmido. Eu entrei sozinho no seu quarto. Faz uns minutos,
enquanto lia meu jornal na biblioteca, eu senti uma
onda de remoço que me afogava. Culpado, eu vim junto a sua cama. Isto é o que
eu pensava filho, eu fiquei bravo você. Eu repreendeu quando se vestia para ir
à escola, só porque você mojaste o rosto com uma toalha. Achei culpa porque não
limpaste teus sapatos. Eu Berre quando você deixo cair algo no chão. No café da
manhã te repreendi também. Você derramou coisas. Engoliste o almoço sem
cuidado. Você colocou os cotovelos sobre a mesa. Untaste muito o pão com
manteiga. E quando você ia jogar e eu saí para tomar o trem, você se virou e
acenou mão e disse: "Tchau, papai", e eu franziu a testa e respondeu:
"mantém altos ombros.” No final da tarde tudo começou de novo. Quando me
aproximei casa eu te vi de joelhos, brincando na rua. Havia furos nas suas meias.
Eu te humilhei diante de teus amiguinhos ao te fazer marchar a casa na frente
de mim. As meias são caras, e se tubieras
que comprá-las tu seria mais cuidadoso. Imagine isso, filho, que um pai dizer
isso. Lembra-se, mais tarde, quando lia na biblioteca e tu entrou timidamente,
com um olhar de prosseguido. Quando eu olhei por cima do jornal, impaciente com
a interrupção, você hesitou na porta. "O que você quer agora?" Tu
falaste rapidamente. Nada, nada tu falou, e tu cruzou na carreira tempestuosa e
jogou teus braços em volta de meu pescoço e me beijou,
e teus bracinhos me apertaram com um carinho que Deus tinha feito florescer no
teu coração e que nem o descaso alheio pode esgotar. E então tu foi dormir, com
leves passinhos barulhentos pela escada. Bem, meu filho, e pouco depois foi
quando eu deixei cair o jornal de minhas mãos e invadiu em mim um terrível
medo. O que estava fazendo acontecer o costume em mim. O hábito de censurar
defeitos, de repreensão; esta foi a minha
recompensa a ti por ser uma criança. Não que eu não te amasse, era que esperava
muito de ti. E media pela vara dos meus anos velhos. E há tudo de bom e belo e
verdadeiro em teu caráter. Esse coraçãozinho teu é grande como o sol nasce nos
montes. Isso foi demonstrado pelo teu impulso espontâneo impulso de correr a
me beijar essa noite. Nada mais que isso importa
nesta noite, filho. Eu venho a sua caminha no escuro, e eu me ajoelhei cheio de
vergonha. É uma explicação pobre, sei que não entenderias essas coisas se eu as
disse quando tu esta acordado. Mas amanhã eu
serei um paizinho de verdade. Eu serei o teu companheiro, e sofrerei quando
você sofra, e ri quando você ri. Eu vou morder minha língua quando palavras
impacientes vir. Eu vou continuar dizendo, como se fosse um ritual: "Não é
mais que uma criança pequeninha." Temo te haver imaginado homem. Mas
depois de te ver, filho, amarrotado, cansado em tua caminha, Eu vejo que você é
um bebê ainda. Ontem você estava nos braços de sua mãe, sua cabeça em seu
ombro. Eu pedi demais. Cada vez que leio isso
eu choro, eu choro sim, são aquelas coisas que às vezes os pais como eu não
resistimos, nesta tenacidade impressionante que temos diante de nossos filhos,
por quê? Ainda não sei, eu li isto pela primeira vez faz mais de 20 anos e eu
continuo lendo e me continua ainda atingindo o coração da mesma forma que me
chegou a primeira vez que lei. A vida muitas vezes nos leva a nos endurecer, a perda
a criar um escudo impermeável a dizer não, a repreender, criticar, culpar,
corrigir, mas acreditem que é uma confissão de pai, é apenas uma casca externa
é de mentirinha, por dentro e por fora
sofrermos, rimos, e amamos nossos filhos além da razão para viver. Tu não
morreria por teu filho, por tua razão de viver, para o teu Canito por teu
Capitão Tomate, por O que te perde os parafusos de fixação do carro quando está
arrumando-o, por quem te acompanha a pescar por aquele
quem você ama com todo seu coração, por o que te quebra em um milhão de peças,
quando te disse, paie, papai, papacinho. Espero que o jornal de tuas mãos tenha
caído se não é assim Espero em breve que caia, ou tu jogá-lo agora mesmo de uma
boa vês, a metade da beleza depende da paisagem, a outra metade, do homem que a
olha. Ral-Diablo
Papá olvida
Esta nota a seguir fue
publicada en centenas de revistas y diarios también fue traducida a varios idiomas, su autor W.
Livingston Larned, ahora vamos a la misma...
PAPÁ OLVIDA
Escucha, hijo: voy a decirte
esto mientras duermes, una manecita metida bajo la mejilla y los rubios rizos pegados a tu
frente humedecida. He entrado solo a tu cuarto. Hace unos minutos, mientras leía mi diario en
la biblioteca, sentí una ola de remordimiento que
me ahogaba. Culpable,
vine junto a tu cama. Esto es
lo que pensaba, hijo: me enojé contigo. Te regañé cuando te vestías para ir a
la escuela, porque apenas te
mojaste la cara con una toalla. Te regañé porque no te
limpiaste los zapatos. Te grité
porque dejaste caer algo al suelo. Durante el desayuno te regañé también.
Volcaste las cosas. Tragaste la
comida sin cuidado. Pusiste los codos sobre la mesa. Untaste
demasiado el pan con
mantequilla. Y cuando te ibas a jugar y yo salía a tomar el tren, te volviste y
me saludaste con la mano y
dijiste: “ Adiós, papito" y yo fruncí el entrecejo y te respondí;
"Ten erguidos los hombros".
Al caer la tarde todo empezó de nuevo.
Al acercarme a casa te vi, de rodillas, jugando en la calle. Tenías agujeros en las medias. Te humillé
ante tus amiguitos al hacerte marchar a casa delante de Mí. Las medias son caras, y si tuvieras que comprarlas
tú, serías más cuidadoso. Pensar, hijo, que un padre diga eso. Recuerdas,
más tarde, cuando yo leía en la biblioteca y entraste tímidamente, con una
mirada de perseguido? Cuando
levanté la vista del diario, impaciente por la
interrupción, vacilaste en la puerta.
"Qué quieres ahora?" Te dije bruscamente. Nada respondiste, y te lanzaste en
tempestuosa carrera y me echaste los brazos al cuello y
me besaste, y tus bracitos
me apretaron con un cariño que Dios había hecho florecer en tu corazón y
que ni aún el descuido ajeno puede agotar. Y luego te
fuiste a dormir, con breves pasitos ruidosos por la escalera. Bien, hijo; poco después fue cuando se me
cayó el diario de las manos y entro en mí un terrible temor. Que estaba haciendo
de mí la costumbre?. La costumbre de encontrar
defectos, de reprender;
esta era mi recompensa a ti por ser un
niño. No era que yo no te amara; era que esperaba demasiado de ti. Y medía según la vara de mis años
maduros. Y hay tanto de bueno y
de bello y de recto en tu carácter. Ese corazoncito tuyo es grande como el sol que nace
entre las colinas. Así lo demostraste con tu espontáneo
impulso de correr a besarme
esta noche. Nada más que eso importa esta noche, hijo.
He llegado hasta tu camita en la
oscuridad, y me he arrodillado, lleno de vergüenza. Es una pobre explicación;
sé que no comprenderías estas cosas si te las dijera
cuando estás despierto. Pero
mañana seré un verdadero papito. Seré tu compañero, y sufriré
cuando sufras, y
reiré cuando rías. Me morderé la lengua cuando esté por
pronunciar palabras impacientes. No
haré más que decirme, como si fuera un ritual: "No es más que un niño
pequeñito". Temo haberte
imaginado hombre. Pero al verte ahora, hijo, acurrucado,
fatigado en tu camita, veo
que eres un bebé todavía. Ayer estabas en los brazos
de tu madre, con la cabeza en su hombro. He pedido demasiado.
Cada vez que leo esto lloro, lloro sí, son de esas cosas que a
veces los papás como yo no resistimos, en esa impresionante dureza que nos planteamos ante
nuestros hijos, porque? todavía no lo sé, yo leí esto la primera vez hace mas de 20
años y lo sigo leyendo y me sigue llegando al corazón de la misma forma como me
llegó la primera vez que lo leí. Muchas veces la vida nos lleva a endurecernos, a hacernos de piedra,
a crear una coraza impenetrable,
a decir no, a reprender, a criticar, a censurar, a corregir, pero créanme es
una confesión de padre,
es solo una caparazón externa, es de mentirita, por dentro y por fuera sufrimos, reímos, y
amamos nuestros hijos más allá que la
razón de vivir. Tú no darías la vida por tu hijo, por tu razón de vivir, por tu Canito, por
tu Capitán Tomate, por el que te pierde los tornillos cuando arreglas el auto, por el que te
acompaña a pescar, por el que amas con todo el corazón, Por el que te quiebra en un millón de
pedazos cuando te dice
pá, papá., papito. Espero que a ti se te haya caído el diario de las manos si no es así espero que se te caiga pronto,
o que lo tires de una buena vez, La mitad de la belleza depende del paisaje, la otra mitad, del hombre que
la mira. Ral-Diablojueves, 21 de enero de 2010
Neste encontro com você...
Neste
encontro com vc, penso: Não me interessa o que vc faz para viver. Eu quero
saber o que de fato vc busca e se é capaz de ousar, sonhar, encontrar as
aspirações de seu coração. Não me interessa a sua idade, eu quero saber se vc
será capaz de se transformar em uma tola para poder amar, viver seus sonhos,
aventurar-se a estar viva. Não me interessa qual planeta está em quadratura com
a sua lua. Eu quero saber se vc tocou o centro de sua tristeza, se vc tem sido exposta
pelas traições da vida ou se tem se contorcido e se fechada com medo da próxima
dor. Eu quero saber se vc é capaz de sentar com a dor, a sua e a minha, sem
tentar escondê-la, nem melhorá-la. Eu quero saber se vc pode ficar com a
alegria, a minha e a sua. Se vc é capaz de dançar loucamente e deixar que o
êxtase a envolva, até as pontas dos pés e as mãos sem querer nos aconselhar a serem
mais cuidadosos, mais realistas, nem nos lembrar as limitações do ser humano.
Não me interessa se a história que vc me conta é verdadeira. Eu quero saber se
vc é capaz de desapontar o outro para ser verdadeira consigo mesma. Se vc é
capaz de suportar a acusação de traição e não trair a própria alma. Eu quero
saber se vc pode ser confiável e verdadeira. Eu quero saber se vc pode ver a
beleza mesmo quando o dia não estiver belo e se pode ligar a sua vida a minha
presença. Eu quero saber se vc é capaz de viver com os fracassos, os seus e os
meus, e mesmo assim se postar nas margens de um lago e gritar para os reflexos
da lua: "sim". Não me interessa onde vc mora e nem quanto dinheiro vc
ganha, eu quero saber se é capaz de acordar depois da noite do luto e do
desespero, exausta e ferida até a alma, e fazer aquilo que precisa ser feito.
Não me interessa o que vc é e nem mesmo como chegou aqui. Eu quero saber se vc
ira postar-se comigo no centro do fogo e não fugir. Não me interessa onde e com
quem vc estudou. Eu quero saber o que a sustenta interiormente quando tudo o
mais desabou. “Eu quero saber se vc é capaz de ficar só consigo mesma e se
realmente é boa companhia para sim mesma nos momentos vazios”
Quero uma mulher que me chame...
Quero uma mulher que me chame de meu amor em vez de
querido... Que me ligue de volta quando eu desligar na cara dela... Que deite
embaixo das estrelas e escute as batidas do meu coração, que deixe seu corpo
junto ao meu bem coladinho, mais bem coladinho mesmo ou que permaneça acordada
só para me observar dormindo... Uma mulher que me beije na boca... Que queira
me mostrar para todo mundo mesmo quando eu estou suando... Uma mulher que
segure minha mão na frente dos amigos dela... Que me ache o homem mais bonito
do mundo mesmo quando estou tudo sujo de lama, graxa ou molhado e que insista
em segurar minha mão e me beijar mesmo assim... Aquela que me lembre
constantemente o quanto ela se preocupa comigo e o quanto sortuda ela é por
estar ao meu lado... Aquela que esperara por mim... Aquela que vire para os
amigos dela e diga “É ele, o homem da
minha vida! Ral-Diablo
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