Pirómano de mi entrepierna, mi cerebro y mi corazón. Te declaro la guerra y
estoy armada hasta los huesos. Vengo con un vino y algunos besos que nunca te
dieron. Vengo desnuda en cuerpo y alma, nunca oculté ser una perra y aún así te
animás a mi batalla. Y en lo único que difiere de otras es que el objetivo
prensado entre cejas no es ganar, sino ver quien come más y más rico. Quien
evita el enredo entre los hilos de nuestros manicomios de amor. Quizá y ojalá
podamos perder los dos hoy. Que te rindas acá adentro y te sonrías
allá afuera en donde el mundo golpea. Vamos a hacer de hoy una buena combustión.
Mezclate bien con lo hecho y lo deshecho. No tengas miedo que de todas maneras,
los dos vamos a perder hoy. Tu fuego me derrite pero no me achicharra. Buscaré
otra fórmula para matarte a vos, para matarte de amor. Vos ya sabés que yo morí
hace rato y de boludo no tenés ni un pelo así que no me vengas con que te
desconcierto. Sabés también que no me volvés loca, que loca nací, que loca ya
estoy. Que chifla el moño como entrada de emergencia a tus incendios y como
salida de emergencia a una vida cuerda y burda. Vos sabés bien, a mí no me
volvés loca, loca ya estoy.
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