martes, 27 de marzo de 2012

Escribí este poema pensando...


Escribí este poema pensando en ti,
pensando en tus ojos grandes y tu dulce mirar,
las suaves caricias de tus manos,
tus manos... ¡Que cuando me tocan me encienden
casi me calcinan!

Escribí este poema,
recordando tus besos, tus abrazos,
tus palabras que me llenan de vida,
tu manera de subirme al cielo y mientras más alto
más dolorosa la caída

¿Por qué me enseñas a volar,
si después me cortas las alas?
¿Por qué me invitas a navegar en el mar de tu pasión y me dejas a la deriva?
¿Por qué me dices que me amas y me entregas tu vida, si después me la arrebatas?
Dime, ¿de dónde sacas tan hermosas mentiras?
Di, porque me enseñaste a amar así,
Tan desesperadamente
Tan estúpida e irracionalmente
Tan apasionada y despreciablemente
Como has logrado que yo odie, cuanto te amo
¡Si es tan bello el amor!
es tan bello nuestro amor, ¿existe nuestro amor?
¿O es tan solo el mío? Mi amor,
mis deseos, mi pasión, mis ganas
.
Estas ganas de tenerte al frente
y quererte hasta morderte
Deseo devorarte lentamente, hasta saciarme de ti
o simplemente llenarte de besos
y acariciar hasta el último centímetro de piel

y todos los rincones de tu alma
¡Y después disfrutar del éxtasis! Ese éxtasis
de mirar tu cabello revuelto, tu faz sudorosa
¡Y tu pecho agitado después de hacerme el amor!,
y te grabo así en mi mente,
como preparándome para la amargura
pues ya sé que te marcharás por la mañana
¡Y cuanto duelen tus besos de despedida!
Cuanto mata tu ausencia
cuanto lastima la duda

cuanto desangra la punzante pregunta, ¿volverá?
Y empieza el temor de no saber si regresarás
y tu recuerdo, el que me mantiene viva,
poco a poco me deshace el alma,
es un como un ácido corrosivo
¡Que lastima, pero sin matar!

Entonces, a cada segundo de este dolor lacerante
me hago la misma pregunta
¿Cuál es mi razón para amarte, tengo alguna?
No lo sé, no lo sé
pero desesperadamente, afanosamente,
mi alma te busca, ¡te llaman mis ganas!
cierro los ojos, percibo tu aroma
y planeo como te amaré mañana si regresas,
e imagino donde impregnaré mis besos,
¡Cuanto me fundiré en ti!
Como te entregaré mi lastimada vida,
mi alma triste ¡y esta pasión!
y después cuando reaccionan mis sentidos
reconozco mi locura, pues es locura
amar tanto a quien tanto me lastima
y compadezco a este pobre corazón,
triste, roto y tuyo, ya no es mío
se marcho contigo, ¡te eligió!
Aunque duele mirarte, duele sentirte,
¡Duele escucharte!
¡Duelen tus hermosas mentiras!
Tu, eres mitómano, para darme alegría
y aunque odio creerte, sabe a verdad tu mentira
y entonces me miento a mí misma,
y disfruto con hipocresía la alegría de amarte,
aunque amarte... ¡me lastima!
Carmen

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