domingo, 20 de mayo de 2012

Esperé a que me mirara para...


Esperé a que me mirara para decirle aunque sea “hola”, pero no lo hizo, me ignoró completamente. Sin embargo, eso no me provocó ningún malestar. Con el fin de saber si aún sentía algo por ella me quedé observándola detalladamente; estaba más delgada, no andaba de maquillaje, sus uñas estaban cortas -como siempre-, le miré los brazos, las piernas, el cabello, en fin, todo su cuerpo, pero no sentí nada.
No hubo en mí, nostalgia, dolor, alegría, ganas de llorar, nada. En ese momento me di cuenta de que ya había dejado de echarla de menos, ya no me encontraba Extrañando a Dina.
Después de un minuto aproximadamente, el chofer abrió la puerta, ella bajó primero y empezó a caminar en sentido contrario hacia donde yo debía ir.
Seguidamente bajé, permanecí mirándola durante unos segundos y cuando la perdí de vista entre la multitud, continué mi trayecto. Hasta la fecha no he vuelto a verla ni a saber nada más de ella.

Trecho de "Extrañando a Dina"

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