viernes, 16 de noviembre de 2012
Cuando menos te merezco...
Cuando menos te merezco es cuando más te necesito, cuando quiero cobijarme hasta del aire inhalado, cuando siento como duele, cuando no sé cómo hacer para acallar el dolor y no doy nada porque nada tengo, en ese momento es que quiero escapar en tu cuerpo, en lo confortable del silencio comprendido, es ahí que quiero olvidarme que existo para volver a existir, no poseo ni las fuerzas para dejarme poseer, me siento tan vulnerable que vencerme es un demerito, sabes, quiero soñar que es un sueño despertar como era antes, cuando la sonrisa no era una mueca imposible y las lagrimas todavía eran capaces de consolar sufrimientos, no pretendo comprensión, pero preciso cariño, no quiero perdón si va implícito el olvido, no suplico compasión porque ni yo me la tengo, pero quiero ser rescatado de aquello que te importó para que vuelva a importarte, al menos hasta tener el valor de no querer defenderme, hoy que no merezco nada es cuando te pido mas, por favor, hoy no me juzgues, por favor, abrázame…
miércoles, 7 de noviembre de 2012
Una persona es enorme...
Una
persona es enorme para uno, cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que
habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe
inocente.
Es pequeña
cuando sólo piensa en si misma y le hace creer a los otros que piensa en ellos cuando
se comporta de una manera poco gentil, cuando no apoya, cuando abandona a alguien
justamente en el momento en que tendría que demostrar lo que es más importante
entre dos personas: La Amistad, el compañerismo, el cariño, el respeto, el celo
y asimismo el amor.
Una
persona es gigante cuando se interesa por tu vida, cuando busca alternativas
para tu crecimiento, cuando sueña junto contigo…
lunes, 5 de noviembre de 2012
Quien puede decir ciertamente quien es este Diablo...
Quien puede
decir ciertamente quien es este Diablo.
Qué siento. Qué
pienso. A qué le temo. Por qué vibro.
Qué es lo que
más me interesa en la vida y en el mundo.
Hasta donde soy
capaz de amar sin pensar que estoy loco o que soy ridículo.
Quien puede decir
que realmente conoce a este Diablo.
Quien puede decir que realmente me comprende... A veces
pareciera que sí, que es posible, que atravesando el complicado laberinto
de mi pensamiento tú has llegado al fondo, a ese
lugar secreto, escondido, protegido por los cinco sentidos y lo has
encontrado... Pero un minuto después, me rebelo, borro todas
las huellas, tuerzo las agujas del reloj, cambio de voz, de piel, de convicciones. Cambio la
intensidad de la mirada, me vuelvo hosco, lejano, inalcanzable, o te hago
creer que cambio de voz, de piel, de convicciones
y que me vuelvo inalcanzable... Y otra vez estas afuera y otra vez estás llamando a
mi puerta, otra vez estas comenzando. Con este diablo
nunca se está en camino. Siempre se está empezando a caminar... No eres tú la
que puedes apoyar la cabeza sobre mi pecho seguro y
descansar..., sino que soy yo el que termina apoyando mi cabeza en
tu pecho y me quedo dormido como un niño.
Es que... tal vez, no quiera que
me dieras el corazón; tal vez quería
solamente una sonrisa y tú, exagerada como siempre, me
diste el corazón.
Es muy posible
que este diablo buscara simplemente una oreja pequeña y bien formada para
contarte mis penas, para darte algunas veces las palabras que
exceden al recipiente... y tú, exagerada como siempre, me diste tu vida.
Es posible que
este Diablo buscara la suavidad de tu piel para sembrar en
ella unos luceros que súbitamente me crecieron en la sangre... y tú,
exagerada como siempre, me diste tu sangre.
Quizá quería tener
cerca mío silencio para poder pensar que estaba acompañado... y tú,
exagerada como siempre, me diste todos tus pensamientos.
Acaso no es
cuando no das nada, cuando más recibes de este Diablo?
Acaso no es
cuando me das solamente un poco de tu piel, cuando recibes todo de mí, mi
piel, mis nervios, mis músculos tirantes, mi clamor y mi hoguera?
Acaso no es
cuando me das solamente tu silencio cuando recibes mi grito y mi llamado,
mi pedido de rodillas, mi lamento estremecido atravesando las montañas,
los valles, los ríos del universo?
No es cuando me
dejas en ristre la duda, que te ofrezco todas las certezas, te
prometo la luz, el agua, las estrellas?
Y, cuando vienes
por tu camino, sin detenerte, te estiro mis manos y quiero llevarte a
mi camino, dejarte transitar por él, mostrarte el puerto de
donde todo parte.
Y cuando no me ves, quiero que me mires.
Y cuando no me amas, quiero amarte y hago lo
imposible para que dejes caer sobre mí una gota de amor pequeña y transparente
como una lágrima.
Y mis manos son nido cuando no eres pájaro.
Y mi ternura es vino cuando no
eres cántaro.
Y mi pasión es llama cuando no eres leña.
Y mi cariño es un millón de luciérnagas
cuando no eres noche.
Y mi presencia es sol cuando no eres cielo ni día
ni me perteneces.
Este Diablo no
es un Diablo cabal ni entero ni valeroso o generoso, solamente cuando me
obligas a luchar sin tener la certeza del triunfo es que surgen mis diablos, mi
fuego, mis ansias, mis valores y actitudes.
Cuando tu jardín esta sin
siembra, quiero recoger las rosas.
Cuando el muro
es resbaloso y alto, quiero treparlo y llegar hasta el final
para ver lo que hay del otro lado.
Porque lo que
verdaderamente quiere este Diablo es conquistar la plaza que no se rinde
nunca, es alcanzar la palabra que no fue pronunciada, es
cortar las violetas que no fueron sembradas, es devorar el pan que jamás
fue amasado, es escuchar la música que no fue compuesta ni tiene aun la
melodía nacida.
Lo que este
Diablo quiere es ser niño cuando me necesitas Diablo del todo o
cabalmente Diablo. Y ser Diablo cuando inventas para mí un parque con una
calesita y un montón de hamacas. Y busco que rías como un sonajero, cuando
la tristeza amenaza tu alma y una pequeña caricia de mi mano serviría para
disipar las sombras y las dudas.
Y quiero que volemos cuando yo mismo
he cortado nuestras alas.
Y quiero que
tengamos los colores del arco iris cuando me he encargado de
borrarlos y dejarte en blanco y negro, como una vieja fotografía
de la desolación.
Y extraño
nuestra felicidad aunque sea yo quien haya provocado la infelicidad, porque la
felicidad de los demás no me hace feliz, como pregono... me provoca
malestar, inseguridad, celos...
Es por eso que
no sé, verdaderamente, no sé de quién te enamoraste mi
ángel, si de un Diablo o de la idealización del Diablo que tienes en tu
mente. Si de un Diablo o de la imagen tuya que ves reflejada en el espejo
de tu propio corazón. Y crees que le temes a la soledad...
Pero tal vez lo
que este Diablo ama en verdad es su soledad, y es eso lo que
defiende como una brava fiera...
Porque tal vez
lo que este Diablo verdaderamente teme es perder su soledad con tu amor...
Esa soledad que le hace sentir que nadie va a cambiarlo, que es él
mismo... Pero a su vez sé que este tu Diablo no quiere darse ni quiere
compartirse, hermanarse o fundirse con otro corazón que no sea el tuyo...
Un Diablo llamado Ral
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