martes, 2 de febrero de 2016

Mi ángel, mi diabla...

Mi ángel, mi diabla, tu sombra en mi camino tiene tu perfume, aroma de las lluvias de los montes que la saudade es un canto sin alegría que descansa en las tardes frías.
No pasará desapercibido que al sentir saudades me llena de recuerdos lindos, camino solo en este largo camino a la sombra de tu presencia.
Ahora despierto de un sueño que se convirtió en esperanza una suave mirada de tu imagen desnuda de versos contenidos.
Amor y silencio se transforman en nubes negras de gotas acidas, de amargura sin tener tus besos.
Herida, sí herida el alma, cansada y abatida de tanto añorar, una añoranza triste llena de saudade de tu fogosa presencia de diabla y tu florido corazón de ángel...

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