Somos nosotros los que sufrimos cuando nos aferramos a los agravios pasados. Hacemos que situaciones y personas del pasado tengan poder sobre nosotros y esas mismas situaciones y personas nos siguen esclavizando.
Perdonar a aquellas que nos hicieron daño es liberarnos de nuestra identidad de persona herida? No perdonamos el acto, sino a los que los cometieron y perdonamos su sufrimiento, confusión, desesperación, falta de habilidad y de humanidad.
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