En muchos trechos del camino a veces bien largos, cargamos mucho peso en el alma sin ni siquiera notarlo.
Como un tonto me acostumbro muy fácil a las circunstancias difíciles, que a veces pueden ser mudadas…
Como un tonto me adapto de más a lo que hace mis ojos brillar menos, a lo que nubla mi razón…
Como un tonto camuflo mi desesperación, pongo cara de aquí no ha pasado nada, de todo está bien, cuando muero por dentro…
Como un tonto invento in-numeras maneras de revestir el corazón con aislamiento acústico para evitar oírlo…
Como un tonto hago de cuenta que la vida es así mismo y punto, a veces no me doy la opción de encararla de frente cara a cara…
Como un tono arrastro pesadas bolas de hierro y hago de cuenta que cargo pétalos, solo para no necesitar hacer contacto con mis insatisfacciones y proceder a transformarlas…
Como un tonto cargo tanto peso, en el sentimiento, un millar de veces, porque resisto al cambio?...
Así, hasta que un día mi alma cansada de no ser mirada, encontró su forma de ser vista y de decir quién es la que manda...
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