A veces me quedo preguntando porque es tan difícil ser transparente… Acostumbramos creer que ser transparente es simplemente ser sincero, no engañar a los otros. Pero ser transparentes es mucho más que eso. Es tener coraje de exponerse, de ser frágil, de llorar, de hablar de lo que nosotros sentimos… Ser transparente es desnudar el alma, es dejar caer las máscaras, bajar las armas, destruir los inmensos y gruesos muros que insistimos tanto en empeñarnos a levantar… Ser transparente es permitir que toda nuestra dulzura aflore, desprenda, transborde, pero infelizmente, casi siempre la mayoría de nosotros decidimos no correr ese riesgo, preferimos la dulzura de la razón a la liviandad que expondría toda la fragilidad humana. Preferimos el nudo en la garganta a las lágrimas que brotan de lo más profundo de nuestro ser… Preferimos perdernos en una búsqueda insana por respuestas inmediatas a simplemente entregarnos y admitir que no sabemos, que tenemos miedo. Por más doloroso que sea tener que construir una máscara que nos distancia cada vez más de quien realmente somos, preferimos así, mantener una imagen que nos dé la sensación de protección… Y así vamos ahogándonos más y más en falsas palabras, en falsas actitudes, en falsos sentimientos… No porque seamos personas mentirosas, apenas porque nos perdemos de nosotros mismos y ya no sabemos donde esta nuestra blandura, nuestro amor más intenso y no contaminado… Con el pasar de los años, un vacío frío y oscuro nos hace percibir que ya no sabemos dar ni pedir lo que de más precioso tenemos a compartir… Dulzura… Compasión… La comprensión de que todos nosotros sufrimos, nos sentimos solos, inmensamente tristes y lloramos bajito antes de dormir en un silencio que nos remite a una saudade desesperada de nosotros mismos, de aquello que late y grita dentro de nosotros, pero que no tenemos coraje de mostrar a aquellos que mas amamos, porque infelizmente aprendemos que es mejor responder, descargar, agredir, acusar y juzgar de lo que simplemente decir “Tu estas lastimándome… puedes parar… por favor” Sabes, porque aprendemos a decir eso es ser débil, es ser bobo, es ser menos que el otro. Cuando la verdad si actuásemos con el corazón, podríamos evitar tanto dolor, tanto dolor… Sabes quisiera sugerirte que dejemos explotar toda nuestra dulzura, que consigamos no prender el llanto, no contener la carcajada, no esconder tanto nuestro miedo, no desear parecer tan invencibles… Que consigamos no tentar controlar tanto, responder tanto, competir tanto… Que consigamos dulcemente, vivir… sentir… amar…
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