Soñé un sueño en un tiempo lejano cuando la esperanza era grande y la ilusión inundaba mi corazón. Tenía un sueño en donde todo sería diferente… Ahora la vida y el tiempo han matado ese sueño que soñé.
Y así me siento hoy como un pintor sin musa, como el joven que llora en la colina árida rodeado solo por la brisa nocturna.
Y soy cada nota aguda, cada nota grave, cada poema que has leído, cada canción que has oído.
Soy el hombre que mira las estrellas desde el ocaso hasta el alba, soy el que se queda extasiado con las olas del mar, pero, me siento un jardín seco y sin vida. Soy cada hombre o cada mujer añorando un roce o un beso, soy los millares de deseos ante una estrella fugaz, soy un títere sin hilos, un bailarín sin pareja
Fui tu compañero y tu paño de lágrimas, me sentí el hombre más acompañado del universo a tu lado…
La vida me hizo fuerte, pero para decir la verdad, mi corazón continúa siendo bobo, frágil, aunque hoy intente disfrazarlo mejor.
La hembra con la que siempre soñé no consistía en una mujer mansa, dulce y sumisa, con una sonrisa de condescendencia en la boca o una mujer bonita que no discuta, que sea simpática y diga frases amables, que jamás reclame, noooo, no quiero una mujer que abra la boca solamente para ser correcta, elogiar mis actos o celebrar bobadas.
Quiero una mujer que use las manos para una caricia sí, pero no quiero alguien para tener la casa impecable, hacer buenos platos, servir bien los tragos, acomodar flores en floreros. No quiero una especie de modelito de esas que salen en tv con curvas increíbles que te mandan besos y abrazos aunque no te conozcan, esas que están siempre a tu entera disposición en apariencia como si dijeran: “No más avísame y yo te abro las piernas” siempre como dispuestas a un vertiginoso desahogo de líquidos seminales.
Quisiera haberme sentido feliz, ser el hombre que pudiese llamar a su hembra de su mujer para toda la vida… no por el sentido de pose y sí por ella no querer ser de alguien más. Quisiera haber tenido la inteligencia para valorizar y preservar esa mujer a mi lado… Hoy me siento tan estúpido por el hecho de haber percibido a esa mujer cuando considero que mis ojos no pueden más alcanzarla.
Sabes el amor es un milagro que no ocurre todos los días... El llega sin avisar, nos toma la mayor parte del día y cuando llega la noche, el nos quema por dentro. El amor nos da alas, nos hace creer en la libertad, nos hace creer que es posible, que alguien, en algún lugar hace de todo para dejarnos contentos. El amor lapida hasta la más antigua piedra y se ríe del carácter más fuerte, nos hace soñar despiertos, nos perdona cuando estamos desolados, nos levanta cuando no tenemos más fuerzas y también nos entibia cuando estamos solos…
Muchas veces lanzamos palabras que fueron puñaladas y pasa que lo que para ti o para mí fue solo una palabra dicha sin querer, sin pensar, al otro le podemos lastimar el alma y ya de nada vale pedir perdón. Ni tu disculpa ni la mía van a cerrar esa herida así tan sencillamente cuando con lo que hemos hecho nos destrozamos el corazón…
Y después cuando llueve la saudade nos aprieta ese corazón, llora también el alma, vierte lágrimas… He prometido varias veces que antes de medianoche te olvido, pero amanezco al otro día de la forma que este Diablo gusta, fuente de deseos, con agua en la boca por tu perfume y hambriento por tu mirada.
Muchas veces quisiera que la vida me proteja de mi mismo… de mi manía de amor… de mi tozudez en tejer sueños románticos... de mi insanidad, de mi carácter de mierda y de creer en un destino de ese sueño que soñé…
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