No me pidas la vida “a medias”, porque no puedo. Me molesta, me duele, me encarcela. A medias, no. No entrego mi amor a medias, ni quiero tu palabra a medias. Tus suspiros a medias…no me llegan. Ni las decisiones a medias, ni las interminables dudas, esas... a medias. Imposible que abra las alas, a medias. Mi vuelo no es a medias, ni la lucha a medias, ni la paz a medias. Yo no cierro la puerta “a medias”. Mis llegadas y mis retiradas no son a medias. Mi contundente pensamiento no es a medias. La risa… jamás a medias.
A medias” es tibio. Es cobarde el “a medias”, es pensado y calculado el “a medias” siempre es calculado. La pasión no es a medias..! No es valiente este “a medias”. Y no me gusta decirlo a medias. El camino a medias no es camino, es apenas una cortada. Mi cuerpo no vibra a medias. Ni mi piel se eriza “a medias”. Mis besos no son a medias. A medias jamás se abrirán mis ansias, ni llegaras a lo profundo de mi ser a medias. El galope del corazón, nunca a medias, ni el gemido, ni mis manos en tu pecho a medias.
Esta humilde rebeldía, este boulevard que transito, el sencillo jardín de piedras que cuido y el océano en donde nado, son tal vez pequeños y sobrios, pero no son a medias. Cada detalle de mi vida es suave y casi imperceptible a veces, pero no están construidos a medias. Mi cielo, los sueños, las ansias…a pleno. No podrían ser vulgarmente “a medias” mis miradas. Ni este llanto, ni mis deseos, ni la distancia, ni el café que estoy tomando. Ni las palabras que ahora escribo.
No me pidas la vida “a medias. Me niego firmemente a la mediocridad de transcurrir. Mi suspiro al pensarte, no es a medias y el día que me muera no será a medias! te lo aseguro. Y eso, no es un detalle. Contundentemente, conmigo… jamás “a medias”, porque “a medias”, no soy yo.
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