domingo, 3 de julio de 2016

Chau número tres...

Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con tus puestas de sol y tus amaneceres sembrando tu confianza. 
Te dejo junto al mundo derrotando
 imposibles, seguro sin seguro. 
Te dejo frente al mar decifrándote a
 solas, sin mi pregunta a ciegas, sin mi respuesta rota. 
Te dejo sin mis dudas pobres y
 malheridas, sin mis inmadureces, 
sin mi veteranía, pero tampoco
 creas a pie juntillas todo, no creas, 
nunca creas este falso abandono. 
Estaré donde menos lo esperes, por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos, estaré en un  lejano horizonte sin horas, 
en la huella del tacto, en tu sombra y
 mi sombra. 
Estaré repartido en cuatro o cinco pibes de esos que vos mirás 
y enseguida te siguen y ojalá pueda estar de tu sueño en la red 
esperando tus ojos y mirándote.

(MARIO BENEDETTI)

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