"- Jurame que vas a ser feliz -...le dije, y ahí mismo salté al neurótico precipicio de abandonar su amor, de dejarlo ir, de entregarme al irónico destino, de borrar de mi mente los pasos fuertes de su presencia en mi ser, de olvidarlo, de atreverme a que me duela en cada parte de mi alma...
Entre tanta desolación,de repente, me solté a reír...
(¿Jurame que vas a ser feliz le dije? ¿Quién de los dos había dejado de serlo?)...
Si siempre fuí yo, la única que se aferraba a él ...como un árbol a sus raíces, con la tenacidad que me caracteriza y la obsesión que me generó desde el primer día en que lo ví, con la ingenuidad con la que creí sus promesas, con el desamparo que me generó esa mirada que se le "escapó" cuando mis palabras, mis inocentes palabras, hablaban de una felicidad que ya tenía hace tiempo (con otra)".
Entre tanta desolación,de repente, me solté a reír...
(¿Jurame que vas a ser feliz le dije? ¿Quién de los dos había dejado de serlo?)...
Si siempre fuí yo, la única que se aferraba a él ...como un árbol a sus raíces, con la tenacidad que me caracteriza y la obsesión que me generó desde el primer día en que lo ví, con la ingenuidad con la que creí sus promesas, con el desamparo que me generó esa mirada que se le "escapó" cuando mis palabras, mis inocentes palabras, hablaban de una felicidad que ya tenía hace tiempo (con otra)".
Noelia Antenucci
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