domingo, 31 de marzo de 2019

El cielo se abrió para mi...

El cielo se abrió para  mi. No existen hadas o demonios que me impidan  estar con quién amo. Y él es  tan y tanto y siempre más que cualquier otro... Puedo sentir su perfume... Puedo tocar su calor... Cuando me ama, ama alucinadamente! Cuando me odia, continúa a amarme. Cuando finge que me olvida... Me siento desabar. No existen palabras suficientes para describir mi amor... Oh, mi demonio, oh, mi encanto, oh, mi todo, oh, mi nada... Mi perdición... Mi salvación... Él es un demonio... Yo sé. Pero, ni mismo la  maldición de Dios puede apartarme de él... 
Una vez escribí... Ah, diosa  protégenos de la tempestad, pués dentro de ella está el amor. Mismo con la tempestad llevándome lejos, yo no puedo más asegurar eso... Y aquí nosotros  no necesitamos protegernos de ella... Y no necesitamos más de las maldiciones de los dioses, porque nosotros ya salimos de la lluvia, y la tempestad nos dejó el amor... Dicen que los demonios no tienen corazón... Pobres de los que creen en eso, no imaginan cuánto amor un demonio puede tener. Cuando partió lanzó todos mis sueños por el suelo. Cuando volvió, me salvó de la oscuridad. Dicen que en el mundo algunas personas son hadas, otras brujas, otras no son nada. Pues yo digo, en mi mundo las hadas y los demonios conviven, como puercoespines, que a pesar de las heridas causadas por los pinchazos necesitan demasiado el uno del  otro. Yo digo, quédate, quédate, yo estuve esperando por ti. Con su aliento caliente y tus alas oscuras...
 Yo lo veo sobrevolar mi cielo, con sus manos suaves y a sus ojos dulces los siento tocar mi corazón. Quieres un lugar mejor para un demonio que un corazón en llamas? Quédate, quédate, yo estuve esperando por ti, pero, en caso de que no quieras quedarte, sabrás que estaré atormentando las puertas infernales clamando tu nombre... implorando que me de  que un día me devuelvas la vida que un día fue solamente mía y el corazón que ahora es solamente tuyo... 

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