Ella 20, ÉL 50
Tocó el turno de Sonia para responder cuál era la relación que había marcado su vida: "Yo tenía veinte años y él 50. Lo conocí en un congreso en la universidad. Desde el principio hubo demasiada química. Él era divorciado y yo no tenía novio, pero preferimos mantener la relación en secreto por miedo a lo que dijera la gente. Cuando intentamos llevar la relación fuera de la intimidad, sólo duramos cuatro meses; era demasiado forzado, no pude adaptarme a su ritmo de vida ni él al mío. Sin embargo, esa relación marcó mi vida. Me cuestioné lo que significaba ser mujer y con él dejé de ser una adolescente ". Sonia fue la primera que habló del tema, pero muchas de las presentes esa tarde coincidimos en haber tenido una relación con un hombre más grande, que había puesto en duda todo lo que se nos había dicho sobre la madurez, el amor y el deseo; en esas circunstancias, un hombre mayor tiene un impacto emocional determinante sobre una chica más joven.
Fue muy curioso que, en su momento, todas hubiésemos mantenido dicha relación en secreto. ¿Miedo a la crítica, autocensura, pudor, culpa? Una revisión histórica nos haría darnos cuenta de cómo, durante siglos, esta diferencia de edades era bien vista, si y sólo si se daba al interior del matrimonio: un hombre maduro y estable -sobre todo económicamente- convenía a la familia de la mujer, quien no tenía voz ni voto en la decisión.
Hoy, en cambio, la elección de pareja se supone como un acto libre y pleno, en el que hay un periodo necesario de ensayo-error antes de elegir a una pareja a largo plazo. Sin embargo, aún existen presiones sociales y juicios negativos sobre aquellos que deciden tener una relación -corta o larga- en la que hay gran diferencia de edades.
Psicólogos especialistas en el tema de pareja apuntan que este tipo de relaciones están basadas en situaciones inconscientes no resueltas. Se dice que la carencia de una figura paterna lleva a la mujer a buscar a una pareja de mayor edad. Pero este no sería el único móvil: en el ámbito sexual, el hombre está surgiendo como un iniciador ideal, y resulta muy atractivo ya que trataría a la mujer con más habilidad y ternura que los jóvenes, tambien le da mas tiempo y serenidad para llegar a la situacion ideal. A cambio, el hombre recibiría de la mujer una inyección de juventud, vitalidad y belleza que ya no encontraría en las mujeres mas mayores.
El mismo ciclo, veinte años después
Todo parecería indicar que estas relaciones se terminan pronto cuando lo único que hay de por medio es lo material o lo sexual. Sin embargo, existen parejas que logran consolidarse porque se van construyendo a partir de aficiones, anhelos y proyectos comunes. Aún así, el fantasma de Cronos sigue estando presente hasta en las parejas más sólidas. Se dice que las mujeres llegan a la plenitud sexual entre los 30 y los 40 años, cuando su pareja ya ronda los setenta y su vitalidad no es la misma de antes. Entonces, se prevé que el ciclo se invierta y, al cabo de los años, ella termine sintiéndose atraída por hombres más jóvenes.
Hace algunos años, la relación entre una mujer mayor y un hombre más joven era poco frecuente y bastante mal vista, pero a últimas fechas, las mujeres han alcanzado un nivel de desarrollo profesional, independencia económica y bienestar físico que les permite postergar el momento de formar una pareja. ¿Qué ocurre en ese momento? Los hombres de su edad ya están casados (a veces por segunda vez y con una jovencita), por lo cual, es factible que encuentren a un hombre joven, libre, abierto y dispuesto a formar una pareja con una mujer más grande.
De todas maneras, una marcada diferencia de edad en las parejas sigue mirándose con suspicacia, quizás porque el modelo que se ha legitimado es el de Romeos y Julietas, es decir, dos individuos que tienen más o menos la misma edad y que están juntos "por amor" y no "por interés" (lo que quiera que eso signifique).
Sin duda, la realidad se ha modificado más aprisa que los paradigmas que marcaron las relaciones de pareja durante siglos. Hoy se están reconfigurando los roles y las motivaciones que nos llevan a iniciar y a consolidar una relación de pareja. Quizás es momento de volver a preguntarnos si la diferencia de edades en la pareja es tan importante como lo era antes.