Quien no enamora no es
quien no tiene amor, es quien no conoce el gusto de enamorar. Si tienes tres
pretendientes: dos simpatizantes, un envolvimiento, dos amantes y un conyugue,
mismo así puedes no tener ningún enamorado. No enamora quien no sabe el gusto
de la lluvia, cine en sección de las dos, miedo del padre, sandwich de
panadería, dribliar en el trabajo. No enamora quien transa sin envolvimiento,
quien se arrima sin ganas de transformarse en lagartija y quien ama sin alegría.
No enamora quien hace pactos de amor apenas con la infelicidad, enamorar es
hacer pactos con la felicidad, aunque rápida, escondida, herida o imposible de
curar. No enamora quien no sabe el valor de las manos dadas, del cariño
escondido en la hora que pasa la película, quien no sabe de la flor recogida en
el muro y dada de repente, quien no sabe de la poesía de Fernando Pessoa,
Vinicius de Moraes o Chico Buarque, leída bien lentamente, de la carcajada
cuando hablan juntos o descubres una media rajada, quien no sabe de las ansias enormes
de viajar juntos para Escocia, o mismo de subte, tranvía, nube, caballo,
alfombra mágica o nave interplanetaria. No enamora quien no gusta de dormir,
hacer una siesta abrazaditos, hacer compras juntos. No enamora quien no gusta
de hablar del propio amor ni de quedarse horas y horas indagando dentro de los
ojos el misterio del otro, ambos embobados de alegría por la lucidez del amor.
No enamora quien no re descubre su niño interior y el de su amado y con él va a
los parques, fliperamas, riberas de lagunas, show de Milton Nascimento, bosque
iluminado de luna, calles de sueños o musical de subte. No enamora quien no
tiene música propia, quien no dedica libros, quien no recorta artículos, quien
no se enoja con el hecho de su pareja ser cortejada. No enamora quien ama sin
gustar, quien gusta sin saborear, quien saborea sin aprofundarse. No enamora
quien nunca sintió el gusto de ser recordado de repente en un fin de semana, en
una madrugada o al mediodía de un día de sol en plena playa llena de rivales,
No enamora quien ama sin dedicarse, quien enamora sin juguetear, quien vive
lleno de obligaciones, quien hace sexo sin esperar que el otro termine junto
con él. No enamora quien confunde soledad con quedarse solo y en paz, No enamora
quien no habla solo, no ríe de sí mismo y quien tiene miedo de ser cariñoso y
entregarse. Si tú no enamoras es porque no descubriste que el amor es alegre y
vives pesando toneladas de grillitos y miedos. Ponte tu ropa más liviana,
aquella que más gustas y pasea de manos dadas con el aire, adorna tu alma con
margaritas y ternura y cepíllala con leves fricciones de esperanza. De alma
cepillada y corazón enternecido, sal del fondo de ti misma y descubre tu propio
jardín, despiértate con gusto de caqui y sonríe lirios para quien pase debajo
de tu ventana, pon intención de quemarte en sus ojos y bebe licor de cuentos de
hadas, anda como si el suelo estuviese repleto de sonidos de flauta y del cielo
bajase una niebla de mariposas, cada una trayendo una perla que hable, diga
palabras sutiles y de galanteo, Si tú no enamoras es porque no enloqueciste
aquel poquitito necesario para hacer la vida parar de repente y parecer que
todo tiene sentido… (Artur da Távola)
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