viernes, 9 de julio de 2010

Conté mis años...


Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora...
Me siento como aquel chico que ganó un paquete de golosinas: las primeras las comió con agrado y rapidez, pero cuando percibió que quedaban pocas, comenzó a saborearlas profundamente.
Ya no tengo tiempo para discusiones interminables, donde se discuten relacionamiento, normas, procedimientos y reglamentos para amar, sabiendo que no se va a lograr nada.
Ya no tengo tiempo para soportar absurdas mujeres que, a pesar de su edad cronológica, no han crecido.
Ya no tengo tiempo para lidiar con mediocridades.
No quiero estar en reuniones donde desfilan egos inflados.
No tolero a maniobreras y ventajeras.
Me molestan las mujeres envidiosas, que tratan de desacreditar a las más capaces, para apropiarse de sus lugares, talentos y logros.
Amo los detalles que genera la lucha por un majestuoso relacionamiento.
Las personas no discuten contenidos, apenas quieren figurar.
Mi tiempo es escaso como para discutir estupideces.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa... Sin muchas golosinas en el paquete...
Quiero vivir al lado de una mujer humana, muy humana y bien mujer.
Que sepa reír, de sus errores.
Que no se envanezca, con sus triunfos y que sepa amar.
Que no se considere esposa, antes de hora.
Que no huya, de sus responsabilidades.
Que defienda, la dignidad humana.
Y que desee tan sólo andar del lado del amor y de los dictados del corazón.
Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena.
Quiero acercarme a una mujer, que sepa tocar el corazón de las personas…
Mujer a quien los golpes duros de la vida le hayan enseñado a crecer con toques suaves en el alma.
Sí, tengo prisa… por vivir con la intensidad que sólo la madurez puede dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de las golosinas que me quedan…
Estoy seguro que serán más exquisitas que las que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final  satisfecho y en paz con la mujer que elija y con mi conciencia.
Espero que la tuya sea la misma, porque de cualquier manera llegarás aquí, bien a mí frente, mirándome a los ojos!

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