Anoche
te soñé conmigo, mis brazos abrigaban tu cuerpo.
Tus ojos irradiaban esa chispa
de amor. Fundidos en un
fuerte abrazo te empecé a robar un beso, sentí tu
cuerpo
temblar y estremecerse, con dulces frases calme tus miedos.
Suspire en
tu oído y te dije, no temas, siempre te voy a amar.
Te abandonaste a mis
caricias y bebí de tu fuente de miel.
Roce tus labios con la yema de mis dedos, un suave suspiro
te pude robar, quería extasiarme de ti, vivir intensamente
cada segundo que pudiera estar contigo, no quería que el
tiempo transcurriera,
deseaba que fuera ese momento eterno.
Ansiaba poder tenerte para siempre y ser
la luz de tu camino.
La luz de la luna iluminaba de cuerpo, resaltando más, ese
hermoso color de piel suave como el más sedoso satín.
El deleite fue supremo y
juntos viajamos por el universo
unidos como un solo ser.
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