jueves, 24 de abril de 2014

Me desperté pensando...

Me desperté pensando en cómo por más experiencia de vida que se tenga, uno se sigue equivocando. Que tal vez no se aprende tanto de los errores. Porque además de experiencia hace falta sentido común, cierta frialdad y egoísmo sano, lo suficiente como para cuidar el alma y no entregársela a quien no la quiere. Una saludable distancia entre el sentir y el actuar puede preservarte de mayores males, como el de sentir el vacío de haberlo dado todo sin recibir nada a cambio. En fin, mejor no reflexiono más, demasiada cosa práctica y real para hacer. Eso es lo que me mantiene cuerdo por momentos. De la locura transitoria no sé si me podré escapar del todo algún día, pero que lo intento, lo intento…

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