Y después cuando llueve… la saudade nos aprieta el corazón, nos llora el
alma… He prometido tantas veces que antes de medianoche te olvido… pero
amanezco al otro día de la forma que este diablo gusta, fuente de deseos, con
agua en la boca por tu perfume y hambriento por tu mirada. Muchas veces
quisiera que la vida me proteja de mi mismo, de mi manía de amor, de mi tozudez
de entretejer sueños románticos, de mi insanidad, de mi intransigente carácter
y de creer en un destino de ese sueño que soñé…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario