Cuando la puerta de la felicidad se cierra,
otra se abre solo que a veces no la vemos porque nos quedamos paralizados
frente a la que se cerró.
No sabemos lo que tenemos hasta que lo
perdemos...
Pero otras veces no sabemos lo que nos hemos
estado perdiendo hasta que lo encontramos.
Deja que crezca el amor en el corazón de otra
persona, y si no crece, se feliz porque creció en el tuyo.
Ama hasta convertirte en lo amado y más aún
hasta convertirte en el mismísimo amor.
El
amor llega a aquel que tiene fe y espera, aunque lo hayan decepcionado...
A aquel que aun cree y sueña, aunque haya
sido traicionado...
A aquel que todavía anhela amar, aunque antes
haya sido lastimado.....Y por sobre todo, llega al que tiene el coraje y la fe
de seguir amando sin ser recompensado.
Dejemos que los demás sean auténticos, que
sean ellos mismos, de lo contrario amaríamos el reflejo de nosotros en ellos.
No debemos fijar nuestra mirada en lo
externo, ya que esto se puede perder en el camino de la vida.
No nos inclinemos tampoco por las cosas
materiales, ya que nada es eterno.
Siente por alguien que te comprenda, que te
haga sonreír, y que transforme tus amarguras en dulzuras. Alguien que haga que
un día oscuro brille solo para ti. Alguien que cautive tu corazón y lo libere
de sus cadenas... y que lo deje ser libre para sentir de verdad...
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