lunes, 24 de mayo de 2010

C uando la puerta de la felicidad...


Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre solo que a veces no la vemos porque nos quedamos paralizados frente  a la que se cerró.
No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos...
Pero otras veces no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.
Deja que crezca el amor en el corazón de otra persona, y si no crece, se feliz porque creció en el tuyo.
Ama hasta convertirte en lo amado y más aún hasta convertirte en el mismísimo amor.
 El amor llega a aquel que tiene fe y espera, aunque lo hayan decepcionado...
A aquel que aun cree y sueña, aunque haya sido traicionado...
A aquel que todavía anhela amar, aunque antes haya sido lastimado.....Y por sobre todo, llega al que tiene el coraje y la fe de seguir amando sin ser recompensado.
Dejemos que los demás sean auténticos, que sean ellos mismos, de lo contrario amaríamos el reflejo de nosotros en ellos.
No debemos fijar nuestra mirada en lo externo, ya que esto se puede perder en el camino de la vida.
No nos inclinemos tampoco por las cosas materiales, ya que nada es eterno.
Siente por alguien que te comprenda, que te haga sonreír, y que transforme tus amarguras en dulzuras. Alguien que haga que un día oscuro brille solo para ti. Alguien que cautive tu corazón y lo libere de sus cadenas... y que lo deje ser libre para sentir de verdad...
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