Que la fuerza del miedo que tengo no me impida ver lo que ansío.
Que la muerte de todo en que creo no me tape la boca, los oídos ni la boca.
Porque tengo una mitad que grita y la otra mitad se cubre de silencios.
Que la música que escucho a lo lejos sea buena aunque triste.
Que la mujer que amo sea por siempre amada aunque distante.
Porque tengo una mitad que parte, pero la otra mitad es saudade.
Que la palabra que digo no sea oída como preces ni repetida con fervor.
Que sea apenas respetada como la única cosa que resta de un hombre inundado de sentimientos.
Porque tengo una mitad que escucha y otra mitad que calla.
Que esas ganas de irme se transforme en la calma y en la paz que merezco.
Que esa tensión que me corroe por dentro sea un dia recompensada.
Porque tengo una mitad que piensa y otra mitad es un volcán.
Que el miedo a la soledad se aparte y que el convivir conmigo mismo sea al menos soportable.
Que el espejo refleje en mi rostro esa linda sonrisa que recuerdo haber dado en mi infancia.
Porque tengo una mitad llena de recuerdos de lo que fui y otra mitad no sé.
Que no sea necesario más que que una simple alegría para hacerme aquietar el espíritu.
Porque tengo una mitad que abriga y otra mitad que desfallece.
Que el arte nos marque una respuesta, mismo que no sepa y que nadie intente complicarlo, porque es necesario simplicidad para hacerlo florecer.
Porque una mitad es platea y la otra mitad es canción.
Que mi puta locura sea perdonada. Que se suavice mi carácter. Que mi caraculismo esboce una sonrisa.
Porque tengo una mitad que te ama y la otra mitad que te adora...
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