Aprendí que nadie es perfecto mientras no te apasionas...
Aprendí que la vida es dura, pero, yo lo soy más que ella...
Aprendí que las oportunidades nunca se pierden, aquellas que desperdicias... alguien las aprovecha siempre.
Aprendí que cuando te importas con rencores y amarguras la felicidad se va a otra parte.
Aprendí que debemos siempre decir palabras buenas, porque mañana nunca se sabe las que tendremos que oír.
Aprendí que una sonrisa es una forma económica de mejorar tu aspecto.
Aprendí que no puedo elegir como me siento, pero siempre podré hacer alguna cosa para sentirme mejor.
Aprendí que cuando tu hijo recién nacido asegura tu dedo en su manito te tiene preso para toda la vida...
Aprendí que todos, pero todos quieren vivir en el topo de la montaña, pero toda la felicidad está durante la subida. Que tenemos que gozar el camino que recorremos y no apenas pensar en la llegada.
Aprendí que lo mejor es dar consejos solo en dos circunstancias... Cuando te los piden y cuando de ellos depende la vida.
Aprendí que cuanto menos tiempo se desperdicia más cosas puedo hacer...
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