Si te señalo la luna, por favor,
no te quedes mirando mi dedo...
A veces te veo y siento el impulso
de decirte algunas cosas…
Pero pierdo el horizonte del comienzo…
Pienso que te digo: -Soy vulnerable, eh?
¡Y frágil! Pero luego me da temor, pudor,
y no lo digo… y allí quedo entrampado,
en el “todo lo puedo” que te aleja, que
no es más que un “tengo miedo”…
Tengo sueños, tan pequeños, que nunca
los cuento porque me dicen que mi
apariencia es fuerte y nadie que sea
fuerte puede tener sueños pequeños…
Yo sé que lo infinito comenzó una vez
lo hizo por su opuesto…
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