sábado, 25 de junio de 2016

Sabías lo que hacías...

Sabías lo que hacías... tu
 mirada domina el arte de
 la seducción y con arte y
 con maña atrapaste mi
 corazón.
Trazaste muy bien la ruta a
 mi alma con esa sonrisa
 fantasiosa que me dejó sin
 aliento, sin respiración.
Tus ojos atraían los míos
 como un imán y al hablarme llegó el momento de temblar.
Con gestos desprendidos acompañaste mi mirada, sabias que con tu pícara 
sonrisa mecías mi alma.
Sabías lo que hacías... integraste las palabras a tu plan de seducción y como
 en un extraviado concierto mi alma emputecida se rindió.

La copa del sentimiento se volcó al acercar tus labios y derramar en mi 
boca el licor de tu pasión.
Un escalofrío profundo y lento casi me consumió, los piernas me temblaban,
 que locura era lo único que pensaba, pero caí desprotegido en tus brazos. 
Tus labios culminaron con tu plan de seducción y sabes: mmmm sí, claro que 
sabes...

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