Durante años buscamos encontrar alguien
que nos comprenda, alguien que nos acepte como somos, capaces de
ofrecernos la felicidad, a pesar de las duras pruebas.
Apenas ayer descubrí que ese mágico alguien es el rostro que vemos en
el espejo.
Nunca amamos nadie, amamos solamente la idea que hacemos de alguien.
Es a un concepto nuestro en suma, es a nosotros mismos que amamos.
Eso es verdad en toda la escala del amor, en el amor sexual buscamos un
placer nuestro dado por intermedio de un cuerpo extraño.
En el amor diferente de lo sexual buscamos placer nuestro dado por
intermedio de un ideal nuestro…
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