viernes, 16 de septiembre de 2011

Fue fácil...


¿Fui fácil al dejarme cercar por tus largos brazos exigentes? 
¿Qué es "fácil" y qué es hermoso?
Y si todo fue tan hermoso, ¿qué importancia tiene que haya sido fácil y pasajero, y breve?
Oye, hombre mío, nombre de flecha y flor, hombre que surca el agua como un barco, hombre que hace temblar estrellas en el aire. Oye, no te reprocho nada.
No huyas pensando que te haré reproches.
No te alejes creyendo que hay una tinta amarga marcando mis palabras.
Si vinieras, si te acercaras, no te echaría cerrojos, no te ataría cadenas ni lágrimas al cuello.
Simplemente extendería mis brazos y dejaría que sembraras una huerta en mi cuerpo.
Una huerta que hace un tiempo dio flores y se llenó de frutas ,de acuarelas y de soles.
Si te acercaras, sacaría de la galera del mago una tarde igualita a aquella, segundo por segundo, con lámparas de azúcar al llegar la noche, y pájaros de niebla que se adormecen en la despedida.
Si te acercaras yo sería una red llena de peces amarillos, como pequeños soles madrugadores. Y vos serías un mago.
Si te acercaras tan lleno de tormentas como antes, yo sería la casa de la paz.
Oye, si vinieras por una tarde no más, tan sólo el tiempo exacto para repetir algo radiante, para poder decir que no me moriré sin que la dicha esté otra vez conmigo…

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