sábado, 10 de septiembre de 2011

Es una lástima...


Es una lástima que no estés conmigo, cuando miro el reloj y son las dos y acabo la planilla y pienso diez minutos  y estiro las piernas como todas las madrugadas y hago así con los hombros para aflojar la espalda y me doblo los dedos y le saco mentiras…

Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son las tres y soy una manija que calcula intereses o dos manos que saltan sobre cuarenta teclas o un oído que escucha como ladra el teléfono o un tipo que hace números y les saca verdades…

Es una lástima que no estés conmigo cuando miro el reloj y son la cuatro. Podrías acercarte de sorpresa y decirme “que tal” y quedaríamos yo con una mancha roja de tus labios y tú con el tizne azul de mi carbónico…

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