Hoy, en este día de cualquier año, en este año de cualquier siglo en mis plenas facultades mentales y físicas, asumiendo cuanto digo y escribo, declaro, que me considero culpable.
Culpable de todo lo que no hice, de todo lo que no he visto y oído,
de las palabras que no dije a tiempo, de otras palabras, esas, las que nunca aprendí.
de las palabras que no dije a tiempo, de otras palabras, esas, las que nunca aprendí.
Me preocupe por cosas que jamás sucedieron, pase gran parte de mi vida en sitios equivocados, en horas equivocadas, con gente equivocada, pero aquí estoy.
Declaro que llegue tarde a todas las citas, aquellas, las que no nunca estuve, que encontré la primavera florecida, la tierra repartida, el cielo prometido, el sol iluminado y la luna llena.
Que todo lo que tengo es todo, menos lo que me falta, que lo que creía, no lo creí después, que cometí el peor de los errores, soñé con mundo solo de amor…
Declaro también que no hay nada más cierto que nuestro pasar por la vida, que es feliz aquel que no quiere nada, que no sabe nada, que no se pregunta nada y que no se da cuenta de nada.
Que de una mano temblorosa puede caerse el amor que hay en ella, que el corazón y solo el corazón manda en mis sentimientos, que todo lo que no se da, no se acumula y se pierde…
Que todos somos al fin y al acabo esclavos de algún vicio o de alguna virtud, que he sido fiel solamente a mí corazón y que el hombre más libre que conocí iba atado al corazón de una mujer...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario