viernes, 8 de agosto de 2014

Apretarse el dedo en una puerta duele...


Apretarse el dedo en una puerta duele, golpearse la cara contra el suelo duele, torcerse un tobillo duele, un golpe, un cachetazo, una patada, duelen. Duele golpearse la cabeza en la esquina de la mesa, duele morderse la lengua, duele cólica, cárie y piedras en el riñón, más lo que más duele es la saudade. Saudade de una hermana que vive lejos, saudade de una cascada en la selva, saudade de un hijo que trabaja y vive en otro estado, saudade de una fruta que no se encuentra más, saudade del padre que murió, del amigo imaginario que tal vez nunca existió, saudade de una ciudad, saudade de personas mismo... sabes, saudades que el tiempo no perdona, duelen esas saudades todas, no es. Mas la saudade mas dolorida es la saudade de quien se ama, saudade de la piel, del perfume, de los besos. Saudade de la presencia y hasta de la ausencia consentida, tu podías quedarte en la sala y ella en el cuarto, sin verse, mas sabían dónde estaban, tu podías ir al dentista y ella a la facultad, mas sabían dónde estaban. Tu podías estar todo el día sin verla y ella el día sin verte más sabían que mañana se verían. Con todo cuando el amor de uno termina, o se vuelve menor, al otro le sobra una saudade que nadie sabe como contener, saudade es básicamente no saber, no saber si él continúa sin barbearse por causa de aquella alergia, no saber si él fue a la consulta con el médico como prometió. No saber si ella ha comido bien por causa de aquella manía de estar siempre en forma, si él tiene ido a las clases de inglés, si ella aprendió a entrar en internet y encontrar la página que gusta, si aprendió a estacionar bien entre dos autos, si él continúa sonriendo con aquellos ojitos apretados, si ella continúa cantando tan bien, saudade es no saber mismo, no saber lo que hacer con los días que quedaron más largos, no saber cómo encontrar cosas para hacer que le cesen el pensamiento, no saber cómo frenar las lágrimas delante de una música, no saber cómo vencer el dolor de un silencio que no llena, saudade es no querer saber si ella está con otro y al mismo tiempo querer, es no saber si él está feliz y al mismo tiempo preguntar a todo el mundo que lo conozca, es no querer saber si él está más delgado, si ella está más bella. Saudade es no saber nunca más nada de quién se ama, y todavía así doler.
Saudade es esto que sentí en cuanto estuve escribiendo, y lo que tú probablemente estás sintiendo ahora después que acabaste de leer.
No importa cuánto esta maravillosa y puta vida nos obliga a ser serios, todos nosotros buscamos alguien para soñar, jugar, amar y todo lo que necesitamos es una mano para asegurar, un alma para acariciar y un corazón para entendernos.  

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